DR.
OMAR DE ICAZA - ESCRITOR
PANAMEÑO
NACE
EN CHORRERA - ANÉCDOTAS COSTUMBRISTAS
POEMAS
DE SOL Y DE AGUA COMPARTE CON SUS
LECTORES EL CUENTO “EL QUIQUIRIMIAU”
DEL AUTOR DR.
OMAR DE ICAZA – CARDIÓLOGO Y
ESCRITOR.
“EL QUIQUIRIMIAU”
AUTOR DR. OMAR DE ICAZA.
(Cuento Costumbrista Panameño).
“El Quiquirimiau”
Por: Omar E. De Icaza A. – Escritor.
Se había despertado de súbito, desorientado y mareado en el árbol de cedro amargo, no recordaba cómo había
llegado ahí, lo primero que hizo para no
caer al abismo, fue enroscar su cola peluda a la delgada rama sebosa y llena de insectos innominados,
quienes al mordisquearle las patas casi
hasta los huesos, le habían despertado a este mundo desconocido. Era un día cualquiera de finales de marzo a la orillas
del río Caimito; el animal por instinto
y aun adormilado estira el cuerpo, rasca la corteza de la vetusta mole de
madera con sus garras retractiles , sacude la cabeza para espantar de su cresta roja y carnosa a los mosquitos que
aún dormían en ella luego de un furtivo
banquete sangriento bajo el manto de la oscuridad; luego revisa sus plumas
verdosas con la esperanza de encontrar a
algún chinche desprevenido quien al
confundirlas con una almohada se hubiese quedado como polizón en su cuerpo,
para arponearlo con los colmillos que sobresalían de su pico y llevarlo al
sueño eterno dentro del mar profundo de sus entrañas.
El cuadrúpedo, luego de terminar su ceremonia, baja presuroso a tierra dentro del potrero seco del verano chorrerano y observa con sus ojos grises como ceniza, unos cuantos chumicos, otros cuantos guarumos, guayacanes y sobre todo ciruelos y más ciruelos quienes en interminables filas indias se cruzan unos a otros, mirándose con recelo, formando las cercas vivas que delimitan las propiedades de los terratenientes de la región, a lo lejos escucha el rugir del chorro quien enfurecido vomita por su caudal refrigeradoras, puercos muertos, pedazos de alambres, heces y promesas incumplidas de políticos oportunistas; mas allá percibe con sus orejas puntiagudas y peludas el repicar de las campanas de la iglesia de San francisco de Paula, llamando a la misa de viernes santo a aquellos que todavía quieren creer.