ESCRITOR DR. OMAR DE ICAZA A.

AGUADULCE – CULTURA, LETRAS

POR LA PLUMA DEL ESCRITOR 
OMAR DE ICAZA  A.

CRÓNICAS DE UN ASESINO EN TIEMPO DE PANDEMIA

El escritor Dr. Omar De Icaza, nos entrega una crónica real con toques estilísticos, que refleja el periplo actual de una pandemia mundial



“Si nada nos salva de la muerte, al menos que el amor nos salve de la vida” Pablo Neruda.


El lenguaje del escritor Dr. Omar De Icaza recrea un clímax dramático entre  figuras metafóricas  y el toque irónico para someternos a la reflexión de lo que hacemos o dejamos de hacer, a través de un  personaje funesto e invisible.



Crónicas de un Asesino en Tiempo de Pandemia

 Por: Omar De Icaza, autor panameño.


Primera Parte -  (7 de Abril del 2020 )

     ¡Se fueron todos al carajo!, de nada le sirvieron sus aviones, barcos o armas de destrucción masiva, les hice ver su realidad, no les importaba su salud y por ahí los agarré. Primero masacré a los orientales, mientras me cebaba con sus vidas, degustando primero a sus ancianos y luego a su personal sanitario, en Europa y América decían que era una “gripe de chinos”, una enfermedad de viejos. Les di oportunidad de defenderse, pero no les importó. Primero era la economía, el comercio, la usura y la diversión.
     
     Viajé gratis, conocí la torre Eiffel, me impregné en sus hermosos colores nocturnos y desde su cúspide  provoqué una lluvia invisible de millardos de mis hijos,  me esparcí por los campos Elíseos repartiendo la muerte en silencio;  Navegué por las cálidas aguas de Venecia, hasta volverlas cristalinas, originé en el coliseo el mismo  olor a muerte  como nunca desde hace dos mil años, pero los asesiné lentamente, sin ruidos, sin grandes muchedumbres sedientas de sangre, algunos estaban ya  sedados, ni me vieron llegar,  los visité sin esparcir sangre, y les repartí mi menú de muerte aderezada con la soledad. Por más que se escondieron no pudieron escapar de mí. No me importaron iglesias, sinagogas o mezquitas a todos los maté transfigurando a dulces abuelitas en un puñado de cenizas malolientes.
  
     Disfruté de la Fuente de Cibeles, el museo del Prado y la puerta de Alcalá, me paseé por sus hospitales, como una sombra mortal, sin que estuviesen preparados para mi presencia, con presupuestos de hambre fueron presa fácil de mi gula de muerte, les quité sus memorias, les arranqué de cuajo a los tíos, abuelos, hermanos y madres, mi guadaña no tuvo compasión, no me detuve ante plegarias, dinero o por palabras de amor.  Se defendieron, debo reconocerlos, fueron buenos contendientes y a pesar de mi exterminio siguieron luchando valientemente con la vana esperanza de obtener, aunque fuese una inútil victoria pírrica. Me deleité jugando con ellos, unos días mataba más y en otros para darles esperanzas asesinaba menos, al día siguiente los acosaba nuevamente provocando el doble de mortandad. Les enseñe que toda resistencia sería inútil.
   
     Viajé en primera clase, de China y de Europa, navegué a la tierra que hace 500 años habían conocido mis hermanos, los sicarios de la viruela, la influenza y el sarampión. Llegué a la gran manzana y la encontré consumida, infectada por el lucro, el egoísmo y carcomida por Wall Street, me gustó encontrarlos desprevenidos, divididos por líderes mediocres temerosos del que dirán. Me encantó que a poco de saber de mi existencia lo primero que hicieron fue correr todos juntos a comprar armas, de nada les sirvió, No hubo Vengadores que los defendieran, los comencé a matar de cientos en cientos cada día, sin misericordia ni clemencia, en mi ADN no se codifica el amor ni la piedad.
    
     Me gocé a  Latinoamérica, líderes de izquierda y de derecha, la misma porquería, pero con el idéntico mal olor, personalistas, ignorantes, prepotentes e  inseguros, ¡que mejor caldo de cultivo para mí!, ah y lo mejor con un sistema de salud dirigido por políticos corruptos, mis mejores  secuaces  que prepararon el camino para la victoria, me allanaron la vía  repartiendo diversión y días
libres en los carnavales, pagaron buses para fiestas religiosas subestimando mi presencia, yo solo era un resfriado que mataba a los que no hablaban español, los maté en sus casas, los maté en sus calles, cacé como conejos  a sus médicos, quienes despreciados y agredidos por aquellos a quienes habían jurado curar no tuvieron como  defenderse, murieron con sus batas rotas, con sus mascarillas de feria , con sus zapatos de cartón . El dinero era para los políticos por que había que “subsidiar la democracia”.  
      
     Lucharon separados contra mí, se pelearon los equipos, los espacios y el dinero, se echaron la culpa entre ellos, logre dividirlos y observé con alegría que estaban hechos a mi imagen y semejanza, inventaron mi origen en teorías de conspiración con tal de evadir su propia irresponsabilidad, no se acordaron de la gripe de 1918 por que en cien años solo se siguieron matando entre ellos, asesinaron a muchos y no aprendieron nada.  Al final para protegerse se aislaron, aprendieron a lavarse las manos y se cubrieron el rostro con mascarillas, buen intento, hicieron mi trabajo más laborioso y pesado, pero no, no fue suficiente porque yo no mato solo por el placer de reproducirme, también mi presencia reproduce a los pobres y a la desigualdad, agiganta la mezquindad de los que más tienen y la rapiña de los malos políticos quienes prometen la vida eterna y la prosperidad solo a los que tienen su propio ADN o la misma bandera.
  
     Al final tendrán sus antivirales y sus vacunas que de nada les servirán porque aparte de ser su enemigo invisible también soy invencible, mutaré cada año  haciéndome  resistente a sus armas inútiles y no cambiaré hasta que ellos aprendan a cambiar y aprecien el valor de su vida más de lo que yo disfruto al quitársela, en tanto lo anterior, tendrán que acostumbrarse a mi porque yo no estoy dispuesto a acostumbrarme a ellos, yo  no vine para irme, aquí me quedaré.
Soy  tu némesis, engendrado del egoísmo, de la ingratitud por la madre tierra y tu falta de amor por el prójimo, no puedes matarme porque no estoy vivo, al final, si no unes tus esfuerzos venceré, tú serás solo un mal recuerdo, un accidente en la historia y cuando acabe contigo  mi reino no tendrá.   Autor: Omar de Icaza A.

Acotación  ( Web Sol y Agua)

Vemos un discurso de honda reflexión  por el Autor Omar De Icaza, parece absurdo, pero es real, y es pavoroso vivir una cuarentena mundial para evadir la muerte sin rostro. Deseamos que el Personaje  biológico no  gane la batalla, y que sólo sea un tiempo perentorio.

Marco psicológico: Marca de modo abrupto al hombre actual, vemos  un plano inestable y depresivo, el verdugo invisible Coronavirus, nos deja vulnerable ante un mundo que creíamos manejar.
Se vive un clímax de impotencia mundial ante un enemigo poderoso. La medicina vs ciencia se enfrenta ante un nuevo paradigma  por resolver… Y lo funesto paseando las ciudades del hombre, tal como describe el autor Omar De Icaza.

Visión del autor: Catarsis, purga emocional, por ser médico su misión es enmendar la cadena de la vida, el mito de la muerte fluye con tantas interrogantes…

La Escala de Valores: El hombre y el virus tienen algo común, el hombre destruyendo la ecología o el planeta, y el coronavirus contra lo  humano. Vemos, un desmedro en la escala de valores del hombre actual. La vida vanidad de vanidades, la prisa, el egoísmo, los poderosos materialistas, los políticos indiferentes  a las clases marginales, es lo real  del siglo 21.

ESCRITOR Y DOCENTE – DR. OMAR  DE ICAZA  A. 

§   Especialista en  Medicina Interna y Cardiología.
§   Labora  actualmente en el Hospital Rafael Estévez, Aguadulce.
§   Graduado en Facultad de Medicina, Universidad de Panamá.
§   Graduado de Especialista en Medicina Interna, Hospital Santo Tomás.
§   Graduado de Especialista en Cardiología en Caja de Seguro  Social. 
§   Post grado en docencia superior en Universidad  Columbus
   University.
§   Jefe de docencia del Hospital Dr. Rafael Estévez, Aguadulce.

SU QUEHACER  LITERARIO: 

§   Es autor de los cuentos “El Tío Julio” inspirados en la memoria 
   de su terruño.
§   Es autor del libro “Un Médico Interno En Darién”.
§   Cuentos en Revista Lotería.
§   Miembro Honorario del Programa Siembra Lectores. 


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